Los dos principales teatros de París son la Ópera Garnier y la Olympia de París. La Ópera Garnier es una joya de estilo neobarroco de renombre mundial, entre otros muchos motivos, por ser la fuente de inspiración para el Fantasma de la Ópera. Su interior con tonos dorados y rojos convierten a esta ópera nacional en uno de los teatros más bonitos del mundo, y en el teatro más importante de París. Por su parte, la Olympia de París es uno de los mejores salas de conciertos de la ciudad y incluso fue el primer gran escenario en París sobre el que tocaron bandas como los Beatles o los Rolling Stones.
Tradicionalmente, el género teatral más representado en la Ciudad de la Luz ha sido la ópera. Así, la capital francesa tiene dos óperas nacionales. Entre estos dos teatros famosos de París, además de estar la Ópera Garnier, está la Ópera de la Bastilla, un edificio cuya arquitectura marcadamente vanguardista contrasta con el tipo de obras que se pueden escuchar en su interior. El polo opuesto podría ser el Teatro Edouard VII, un edificio elegante, con el interior que se puede esperar de cualquier teatro parisino, pero con un espectáculo en cartelera que rompe con todos los cánones de la ópera.
Aunque no todo en París es ópera. Teatros de la talla del Teatro Mogador y del Folies Berge, cuyo estilo art-decó es realmente maravilloso, son escenarios donde se apuesta por teatro musical al más puro estilo “Broadway”. De hecho, el primero de ellos exhibe las mejores obras de la cartelera neoyorquina adaptadas y traducidas al francés. Pero, puestos a ver una obra musical, quizás el teatro más adecuado para ello sea el Teatro de las Variedades, que cautivó e inspiró a escritores y compositores de la categoría de Alexandre Dumas o Jacques Offenbach..
Por último, se podrían mencionar teatros de menor tamaño como el Théâtre des Blancs-Manteaux, el Teatro de la Huchette o la Grande Comédie, que se dedican a descubrir nuevos talentos o a promocionar la obra de grandes olvidados de la escena parisina.