Un lugar con mucho encanto y sobre todo muy particular, aunque todo sea dicho, con sus peros.
Te plantas en Santoña y te las apañas como puedas para aparcar el coche. Hay dos faros, el Faro del Pescador y el Faro del Caballo. El importante es el segundo. El primero simplemente está cerrado su acceso y va a ser circunstancial. Eso sí, al llegar al Faro del Pescador (ese recorrido es aún de asfalto), comienza el verdadero viaje al Faro del Caballo.
Según los carteles indicadores, se trata de un recorrido de 2 km o 30 minutos hasta el inicio de las escaleras al Faro, pero posiblemente nos lleve algo más de 30 minutos, básicamente porque el camino es tirando a horroroso, con zonas bastante peligrosas (incluso las postas con cuerdas que hay para agarrarse y no caer están rotas en algunos tramos).