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Qué ver en la Baixa: el corazón de Lisboa

    Qué ver en la Baixa: el corazón de Lisboa

    El elegante barrio de La Baixa es el centro comercial y administrativo de la capital portuguesa. Echa un vistazo a las mejores cosas que ver en La Baixa y descubre sus plazas monumentales y grandes avenidas.

     

    Para recorrer la Baixa, el mejor lugar para comenzar es, sin duda, la Plaza del Comercio, la plaza más impresionante de Lisboa. Pasea bajo su pórticos, disfruta de las vistas del mar desde el Cais das Colunas (que da testimonio del pasado marítimo de la ciudad) y admira el imponente Arco de la Rua Augusta, todo un símbolo lisboeta. Por 2,5 euros, puedes acceder a su mirador y disfrutar de una de las vistas más bonitas de la ciudad sin sufrir las aglomeraciones que se forman en los miradores más famosos. Antes de abandonar la plaza, tómate un momento para visitar la cercana Iglesia de Nossa Senhora da Conceição Velha para admirar su portada monumental, uno de los mejores ejemplos de arquitectura manuelina de la ciudad. 

     

    Pasando por debajo del arco, llegarás a la Rua Augusta, la arteria principal de Lisboa. Mientras que sus modernas tiendas y artistas callejeros la sitúan en el siglo XXI, los edificios históricos, cafés clásicos y tranvías te dan una idea de cómo era la ciudad a principios del siglo XX. Si te apetece ir de compras, este es tu lugar, ya que encontrarás tiendas de todas los principales marcas europeas e internacionales. Si te apetece algo más cultural, puedes profundizar en la historia romana de Lisboa en la Fundación Millennium BCP o visitar el Elevador de Santa Justa, un histórico ascensor que conecta La Baixa con el bohemio barrio de Chiado. 

     

    Al final de la Rua Augusta, llegarás a dos de las plazas más famosas de la ciudad: la Plaza de Figueira, conocida por su mercado y la famosa estatua del rey Joao I, y la Plaza Rossio, considera por muchos como la más bonita de la ciudad. Al llegar, da un descanso a tus pies en el Café Nicola, una cafetería con 200 años de historia, o admira la impresionante arquitectura del Teatro Nacional Doña María II o la Estación de Rossio. ¡Te darás cuenta que nadie hace estaciones de tren como los portugueses!

     

    Las calles laterales alrededor de la Plaza Rossio también son ideales para probar la ginjinha, un brandy tradicional portugués hecho con cerezas. A Ginjinha, al lado del teatro, es el bar más famoso de la ciudad que la ofrece, y por solo 1,5 euros podrás disfrutar de un pequeño vaso de este potente licor. De todos modos, la cercana Ginjinha Sem Rival es el bar preferido entre los locales para tomar un chupito en un entorno de lo más tradicional.

     

    Después de aclarar la garganta con la ginjinha, haz una visita a la Iglesia de São Domingos, un templo del siglo XII cuyo interior casi en ruinas aún conserva las marcas del terremoto de Lisboa y de un devastador incendio que sufrió la ciudad en el siglo XX. Después, da un paseo por la Rua das Portas de Santo Antão, una de las calles con más encanto de la ciudad, para probar la pesca del día en una de las muchas marisquerías o visita la Casa do Alentejo, un restaurante histórico cuya humilde fachada esconde un hermoso patio morisco.

     

    Termina tu ruta por La Baixa en la Plaza de los Restauradores, cuyo monumental obelisco conmemora la independencia de Portugal de España. Desde allí, puedes ir a las tiendas y parques a lo largo de la Avenida da Liberdade, una de las vías más importantes de la ciudad, o tomar el Elevador do Ladra, el elevador más antiguo de Lisboa, para disfrutar de las vistas en el Jardim do Torel.

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