Abu Dhabi se ha transformado pasando de ser un pequeño pueblo pesquero hasta convertirse en una gran metrópoli futurista en tiempo récord, motivado por la riqueza que ha generado el petróleo. Al visitar Abu Dhabi nos encontraremos ante joyas arquitectónicas extravagantes como la Mezquita Sheikh Zayed, una de las más grandes del mundo. Es un estupendo destino familiar de ocio a gran escala, con una gran cantidad de parques temáticos, circuitos de carreras, campos de golf y playas bañadas por el agua del Golfo Pérsico. Viajar a Abu Dhabi es la mejor forma de realizar una excursión para explorar las grandes dunas del desierto o para practicar snorkel en las islas del golfo.
Si decides conocer Abu Dhabi, te enamorarás del esplendor que desprende la Mezquita Sheikh Zayed, un espectacular templo construido en mármol blanco y piedras preciosas que posee la alfombra más grande del mundo. La ciudad piensa en posicionarse como un destino artístico, y por ello está transformando su isla de Saadiyaten una meca del arte con un Museo Guggenheim y la única sucursal en el mundo del Louvre.
Mientras que el centro se reserva para los negocios, la Isla de Yas es el paraíso del ocio con sus resorts y largas playas. Esta isla artificial cuenta con grandes atracciones como Yas Waterworld, el parque acuático más grande del mundo, o el conocido Ferrari World, donde podremos conducir un auténtico coche de Fórmula 1.
A pesar de la modernidad, la ciudad aún tiene hueco para sus orígenes culturales. El turismo en Abu Dhabi nos puede llevar por rincones como el Fuerte al-Hosn, un palacio que albergaba antaño a la familia real del siglo XVIII.
Los viajes a Abu Dhabi pueden ser para hacer un turismo diferente y divertido. Explorar las dunas y oasis del desierto en 4x4 o hacer cetrería es muy común, así como disfrutar del mar haciendo una ruta por las islas vírgenes mientras exploramos los manglares de la costa.