Más allá de su espectacular catedral, las calles de Florencia esconden impresionantes iglesias con un valor histórico incomparable. Es el caso de la Basílica de Santa María Novella, con una preciosa fachada hecha con mármol que, tras varias intervenciones a lo largo de la historia, hoy en día presenta un aspecto renacentista, si bien anteriormente era un templo puramente gótico. Su interior es una maravilla, ya que hay una gran cantidad de frescos y preciosas vidrieras de colores que representan diferentes escenas. Caminando por sus distintas naves y capillas laterales podrás disfrutar de algunas de las obras más valiosas que van de los siglos XIV al XVII, y son de autores renombrados como Filippo Lippi o Masaccio.
Otra de las iglesias más populares es la Basílica de la Santa Cruz, una de las más antiguas levantada por los franciscanos, cuya visita interior es muy recomendable sobre todo por la nave central y las capillas. Uno de los mayores atractivos y el motivo por el que esta iglesia recibe muchas visitas es porque en su interior descansan los restos de algunas de las personalidades más influyentes en la historia de Italia, como Galileo Galilei o Miguel Ángel. Además el interior de la basílica podría considerarse un museo, y es que acoge un gran número de frescos de enorme valor de autores como Brunelleschi o Giotto, genios del Renacimiento.
Por otro lado se encuentra la Basílica de San Lorenzo, una de las basílicas de Florencia más antiguas. Levantada por Brunelleschi y promovida por los Médici, esta construcción fue en su momento toda una innovación debido a que el arquitecto aplicó ciertas técnicas y elementos nunca antes empleadas en un templo religioso. Las proporciones y la geometría interior hacen de este lugar una delicia para los amantes de la arquitectura. En su interior, el mayor atractivo son las capillas laterales, y en algunas de ellas descansan los restos de algunos miembros de la familia Médici.
Si bien estas son las más importantes, hay otras muchas iglesias en Florencia que son menos turísticas pero no por ello tienen menos historia, y por ese motivo tienen un encanto especial. Es el caso de Basílica de San Miniato al Monte, en lo alto de un cerro y con un interior decorado con bonitos frescos y capillas, o la de San Michele Gaetano, que presenta una preciosa fachada. Por otro lado se encuentra Orsanmichele, donde sobresalen las estatuas que hay en el exterior, y Ognissanti, con dos preciosos frescos en su interior. Otra iglesia digna de ver es la Santissima Annunziata, con una historia sobre un cuadro digna de ser escuchada, y la Iglesia de San Marco, con un interior repleto de capillas y frescos. Y para acabar con el listado de algunas iglesias menos conocidas de Florencia, haremos una mención a la Iglesia Rusa Ortodoxa de la Natividad, que rompe con todas las anteriores por su estilo con las típicas cúpulas en forma de cebolla y su decoración tanto exterior como interior.