Con más de 120 iglesias diseminados por todo el centro de la ciudad, si vas paseando te parecerá que casi hay una iglesia en cada esquina. Cada una su propia historia que va desde la fundación de la ciudad en la Edad Media hasta la resistencia contra los soviéticos en el siglo XX.
Sin embargo, eso no quiere decir que todas las iglesias en Cracovia sean iguales; hay algunas que merecen un sitio especial en el itinerario de cualquier viajero que visite la ciudad. Quizás la más famosa y hermosa de todas sea la Basílica de Santa María, que está en la Plaza del Mercado. Construida en el siglo XIII, esta basílica es uno de los ejemplos más destacados de la arquitectura gótica polaca y ningún viajero puede irse sin admirar su impresionante altar tallado, obra de Veit Stoss.
Otra de las iglesias más importantes de Cracovia en la Basílica de la Santa Trinidad, una de las más antiguas de la ciudad. Este extenso monasterio dominicano que data del siglo XIII incorpora toques románicos, góticos y barrocos, y es especialmente famoso por su icono de Nuestra Señora del Rosario. Algunas otras iglesias góticas del siglo XIII en Cracovia que merecen una visita son la Basílica de San Francisco de Asís (que alberga una interesante réplica de la Sábana Santa de Turín), la Basílica del Corpus Christi y la impresionante Iglesia de San Marcos.
Sin embargo, para llegar a las raíces de la devota fe de los habitantes de Cracovia, debes regresar a una de las iglesias más antiguas de la ciudad: la Iglesia de San Adalberto. Esta iglesia milenaria fue construida en el siglo XI y sirvió de refugio para los comerciantes que venían a vender sus productos en la Plaza del Mercado. Otra de las iglesias más antiguas de Cracovia es la Iglesia de San Andrés, un templo románico del siglo XI cuya construcción fortificada le permitió servir de refugio durante varias invasiones que sufrió la ciudad a lo largo de su historia.
Aunque las iglesias de Cracovia son famosas por su característica arquitectura gótica, muchas de las iglesias más bellas y populares de la ciudad son en realidad barrocas. Este es el caso de la Iglesia de San Pedro y San Pablo, considerada por los expertos como la primera de su tipo en Polonia. No te pierdas las impresionantes estatuas de los 12 discípulos que custodian la entrada a este imponente templo. Otra joya barroca es la Iglesia de Santa Ana, un templo luminoso del siglo XVI cuyas delicadas decoraciones de estuco contrastan con las obras góticas anteriores que salpican la ciudad.