Grata sorpresa
Siempre pasaba por delante pero, sinceramente, su aspecto exterior no me atraía demasiado, la dispersión de objetos decorativos, las columnas sin ton ni son y la poca iluminación lo convertían ante mis ojos en un lugar peculiar del que no sabía qué podía esperar. Pero un mediodía decidí entrar junto con mi pareja a probar qué tal; el menú de la puerta tenía muy buena pinta y su precio también, 10€ sin IVA, lo cual es un chollo, ya que estamos hablando del centro de Barcelona, lugar turístico por excelencia, y donde los precios experimentan una subida importante.
La primera impresión una vez dentro mejoró la que teníamos desde el exterior, la camarera se acercó a nosotros con una gran sonrisa y nos acomodó en nuestra mesa, en los bancos te sientas entre cojines de colores, rodeado de luz tenue y música envolvente.
Rápidamente escogimos: ensalada de cangrejo con aguacate y de segundo bacalao "a la llauna". La presentación de los platos excepcional (sobre todo por ser de menú) y las cantidades también estupendas, y de postres algo que me encantó, mousse de tiramisú, muy suave y con todo el sabor del tiramisú, delicioso!
Como comprenderéis os lo recomiendo cien por cien, buen ambiente, buenas calidades, presentaciones cuidadas y un trato muy agradable por parte del personal.
Podéis llegar en metro L3 (verde) Liceu o Drassanes, luego tendréis que callejear unos cinco minutos por la Barcelona medieval, así que no sólo comeréis bien sino que visitaréis una de las partes más antiguas de la ciudad.


