Por desgracia son pocas las fotografías ...
Por desgracia son pocas las fotografías que he podido rescatar de mi viaje a Cracovia. Sin duda, una bellísima ciudad. Cracovia, me la voy a jugar, está en mi top ten de ciudades más bonitas.
Cuando pisas el centro histórico, ya se siente el este.
Después de una fiesta de cumpleaños en Berlín, todavía no sé cómo llegué a Cracovia... Bueno, saberlo lo sé pero os lo cuento otro día.
En Polonia es muy fácil hacer autostop. De hecho, no tardaréis más de cinco minutos en ser recogidos por alguien, es muy habitual. Las familias también paran a los viajeros, para vuestra tranquilidad pero la aventura es que os lleve un camionero polaco, que no habla otro idioma que no sea polaco, sin ninguna intención de hacer amigos, simplemente os lleva. Genial.
Al llegar al este, empiezan a fluir valores que perdimos.
Kraków es una ciudad bella, rica en arquitectura (renacentista, gótica y barroca). Catedrales, castillos, palacios, la ciudad medieval con su increíble plaza por la que el tiempo no pasa, los museos, iglesias, la enorme plaza del mercado vecina de Santa María nos da la hora a trompetazos, la judería... Y un sin fín de maravillas.
La historia de Cracovia va íntimamente ligada a la historia de Polonia, con la suerte que no tuvo Varsovia (al destruirse más de un 80% de la ciudad durante la 2a GM).
Kraków fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978.
No os cuento más, id a descrubirla.
Bueno, una última cosilla: Entre las escasas fotos rescatadas, hay un graffiti de un Teletubie, muy polémicos en Polonia y prohibidos durante un mes, mientras se investigaba sobre la posibilidad de que uno de estos "maléficos" peluches gigantes de colores fuera homosexual e influyerá negativamente a los niños.
Bajo el graffiti "Jest nas Wieslu" que significa "somos más".


