Casa Rural Palacio De Orísoain

Pasamos un fin de semana, nuestra habitación estaba sucia, había polvo. Una de las toallas del baño tenía una mancha marrón de origen sospechoso y el secador de pelo acumulaba polvo pegado desde los tiempos de Calos III de Navarra. En el comedor el polvo también abundaba. La comida era escasa. La cena del primer día consistió en una ensalada de medio tomate para dos de primero y una ensalada de media lechuga, cuatro croquetas y cuatro albóndigas, todo para los dos, de segundo. Aún así la comida era buena. El vino tinto y el clarete eran aceptables crianzas de Navarra, pero el blanco era de la marca blanca de los supermercados Lidl y lo cobraban al mismo precio que los otros dos, a 8€ la botella.

El pueblo está totalmente aislado, para picar algo tienes que ir Barasoain a varios Kms y sin una sola farola en toda la carretera. Cuando llegas nadie te recibe incluso tocando una campana que existe, ni llamando de viva voz. Para usar el móvil tienes que buscar la cobertura. La Tv. sólamente funciona la primera cadena y las pilas del mando gastadas. Hay dos duchas pero una de ellas no tiene alcachofa y dentro de la habitación existen unas luces de emergencia tan exageradamente grandes que, no puedes dormir. Te indican el horario para desayunar pero tienes
que esperar a que alguien aparezca y después a que lo preparen, una espera para nada ya que cuando lo tienes delante es de los peores que nos han servido por no decir el peor.

Las condiciones de limpieza del lugar son francamente mejorables. La habitación olía a polvo nada más entrar y las telas de araña se acumulaban en las esquinas. Lassábanas tampoco estaban en las mejores condiciones, teniendo algunas manchas.

Además, las sillas de la habitación era muy atractivas y te transportaban a los tiempos de origen del lugar. Sin embargo, era imposible estar sentado en ellas más de 2 minutos por su terrible incomodidad.

Por último, nos pareció que no nos hicieron el baño en los tres días que estuvimos allí.

El sitio es precioso, lleno de historia y encanto. Ambiente familiar y cocina casera riquísima. Un lugar tranquilo y acogedor desde donde hacer escapadas para conocer Navarra. Los dueños son encantadores y atentos.
Muy recomendable para pasar unos días.

Situado en el valle de la Valdorba, este hotel rural está montado en una antigua construcción del siglo XV, la misma ha sido catalogada por el gobierno de Navarra como edificio de interés arquitectónico. En la actualidad, se han modernizado estancias recuperando estilos y materiales, destinado en este momento como alojamiento rural.