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Estatua ecuestre de Felipe III

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5 opiniones sobre Estatua ecuestre de Felipe III

La estatua ecuestre de Felipe III se...

La estatua ecuestre de Felipe III se encuentra en el centro de la Plaza Mayor madrileña. El hecho de que esté tan vistosamente situada tiene su explicación en que fue este rey español el que se encargó de finalizaran las obras de esta plaza (1619), aunque se trata de una estatua que no siempre ha estado situada en este sitio, ya que fue un regalo al rey español del Duque de Florencia.

Inicialmente estaba en la Casa de Campo y fue en 1848 cuando la Reina Isabel II mandó trasladarla desde ese parque hasta la plaza.

La estatua fue concebida y empezada por el artista italiano Juan de Bolonia, pero la persona que se encargó de finalizarla en 1616 fue un discípulo suyo: Pietro Tacca.

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Estatua ecuestre de Felipe II

Excelente

Creo que si hay un lugar que todo el mundo visita cuando va de turisteo a alguna ciudad es la Plaza Mayor. ¿Me equivoco? je je!

Entre muchas de las cosas bellas de ver que tiene Madrid está su Plaza Mayor. Es centro neurálgico de muchas fiestas y lugares que visitar partiendo de allí.

Te presento en este rincón la estatua ecuestre de Felipe III (un rostro real muy conocido en la capital) obra del escultor de origen italiano Juan de Bolonia (fue terminada por su discípulo Pietro Tacca). Felipe III de Austria (o Habsburgo) fue llamado El Piadoso y fue rey de España y Portugal.

Situada (la estatua) en un principio en la Casa de Campo en el año 1848 la Reina Isabel II ordena su traslado desde su emplazamiento anterior a la Plaza Mayor.

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Ninguna placa o lápida ornitológica r...

Ninguna placa o lápida ornitológica reseña el lugar donde innumerables pajarillos entonaron su último trino. Muy pocos viandantes saben que pasean al lado de un "cementerio". Pero la realidad es que el caballo de Felipe III había estado "zampándose" pajarillos durante siglos.

A la estatua, hecha en hierro fundido, le dejaron la boca abierta, y los gorriones curiosillos, se asomaban hasta caer por el largo cuello, a la panza. Desde aquél "pozo" les era tremendamente difícil encontrar la salida y, aunque alguno lo consiguiera, la estrechez y largura del cuello les impedía tanto el vuelo como caminar hacia esa boca de "no retorno". Así encontraban su muerte en las entrañas del jaco.

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Información Estatua ecuestre de Felipe III