Cueva IV (Pachima Viharaya)

La cuarta cueva del templo de Dambulla es una de las más pequeñas. Se parece un poco a las 80 otras cuevas que encuentras en la montaña alrededor, más lejos de las cinco cuevas principales. Cuando quisimos entrar la habían cerrado como lo hacen varias veces a lo largo del día, para hacer sus rituales de ofrendas sin tener a los turistas sacando fotos todo el tiempo. Te tienes que cubrir los hombros y las rodillas antes de entrar, y tampoco te puedes sacar una foto con Buda, donde le des la espalda. El fervor del lugar es muy intenso, pero la gente respecta tanto a los extranjeros que no te dirán nada, aunque se sientan muy ofendidos.

Esta cueva de pequeño tamaño es sin embargo de las más llamativas, ya que junto a la habitual colección de Budas repartidos por todos los rincones aquí se puede ver también una pequeña estupa. Curiosamente parece que los viajeros que vienen a este lugar se van cansando de tantas cuevas y tantos Budas, y al llegar a las últimas es poca la gente con la que uno se va ir encontrando, y sobre todo, menos el tiempo que los visitantes pasan en su interior.